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Mis teorías para un partido de Champions Hablar de UEFA Champions League y no tener el referente adjunto de Heineken es casi imposible. Debió ser en este punto, es solo una teoría, cuando la marca de cerveza de marketing siempre ingenioso se preguntara como poder ir más allá y trascender lo que ya parecía un todo unitario, su asociación con la competición de clubes más prestigiosa del mundo. Entonces, sigo con la hipótesis, fue como debió nacer la supuestamente incompatible idea de conectar Champions y ciencia. Sería en este punto y tras darle muchas, muchas vueltas como nacería su campaña 'The Champions Theory' compuesta de teorías científicas para preparar el partido perfecto, convirtiendo la experiencia de un partido de Champions en algo que va más allá del propio juego. Algo así como Champions + Heineken= Juego + fuera de juego. Una campaña abanderada en España por nuestra queridísima America Valenzuela y que ha contado con la estimable participación de ilustres personalidades como Maldini, Matias Prats, Lara Álvarez o David Amor. Pero todo esto es en teoría porque el empeño sin duda de Heineken está en la práctica, en la vivencia y lo experiencial con el protagonismo absoluto del aficionado y sus propias teorías para su partido intransferible perfecto y que son compartidas en redes sociales con el hashtag #teoriaschampionthematch donde tu también puedes compartir tus propias teorías sobre los partidos de Champions y ganar exclusivos premios. Aunque estoy convencido de que todos tenéis vuestra propia ecuación ya sea en casa, en el bar, con amigos o en familia, yo les voy a hablar de lo que fue mi partido perfecto. De la mano de la rubia holandesa y en nombre de El Duende pude disfrutar del partido de ida de cuartos de final de Champions entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid en el Vicente Calderón. En teoría, porque en la práctica fue muchísimo más que eso. Allí me esperaba un tour pre-partido donde pude entrar en la unidad movil que genera los datos de la champions, llegar hasta vestuarios y ver llegar a los jugadores del Atlético, visitar la sala de prensa, el palco donde momentos después se sentarían Cerezo y Florentino, bajar al mismo terreno de juego mientras los jugadores calentaban y disfrutar del Club Champions de Heineken, de sus canapés a ritmo de dj, del himno de la Champions interpretado por dos cantantes líricos y, como no, de una Heineken bien fría. Y claro, con todo, se me olvidaba; también disfrutar de la emoción del partido pese a la ausencia de goles. Y es que uno más uno, muchas veces, no suman dos y la ciencia, el fútbol y el sentido del humor no están reñidos. |
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