|
IRIA DEL RÍO. Su mejor historia de amor La joven actriz catalana alcanzó la popularidad con la serie Amar es para siempre y hace poco se estrenó en cine con El club de los incomprendidos. Pero es ahora cuanto está viviendo su mejor historia de amor (¿o deberíamos decir orgasmo?) profesional gracias al iconoclasta montaje glam-rock de Las amistades peligrosas firmado por Darío Facal que actualmente acogen las Naves del Español. Por David Bernal ¿Cuándo se produce tu flechazo con la interpretación? Supongo que desde que fui al teatro por primera vez. Recuerdo que nos llevaban en el cole y ya supe que era lo mío. Aunque también me llama la atención todo el tema de dirección, crear realidades y poder vivirlas. ¿Tienes algún amor platónico en la profesión? Admiro a muchos directores de teatro como Andrés Lima, Miguel del Arco, Álex Rigola... Incluso Darío Facal, con el que he tenido la suerte de trabajar en Las amistades peligrosas. También actores como Clara Segura, una actriz catalana de teatro de toda la vida. Cuando hacías televisión dijiste en una entrevista que tu sueño era subirte a las tablas. ¿Por qué? Creo que es donde un actor está más expuesto, porque se ve todo, pero a la vez es donde está más libre. Cuando terminé la carrera de Trabajo Social estudié interpretación con el objetivo de hacer teatro, que es lo que más he visto y más me apasiona. ¿Qué hace diferente este nuevo montaje de Las amistades peligrosas? Es una obra rompedora, diferente, con un lenguaje escénico muy particular. Se respetan los trajes de época del siglo dieciocho, pero hay guitarras eléctricas, batería, piano... y micros en escena. A la gente que no está acostumbrada a ver este tipo de teatro, le choca de entrada, pero en la gira que hemos hecho ha funcionado muy bien. Interpretas a Madame de Tourvel, el mismo personaje de Michelle Pfeiffer en la celebérrima película de Stephen Frears. Sí, aunque no me inspiré en ella porque intenté hacer mi propuesta. Cada actor tiene su registro y su esencia. He intentado trabajarla desde la mía. ¿Y cuál es esa esencia? Lo he trabajado desde la necesidad de liberación. Es un personaje que está muy contenido, que no conoce el placer sexual o la liberación de espíritu. Hasta que da rienda suelta a esa necesidad. En escena hay orgasmos heavy-metal. Sí, el lenguaje del director para tratar esa liberación sexual es a través de la música: el jazz, el heavy metal, el rock... Pero no hay sexo explícito. ¿La definirías como una historia de amor? La definiría más como una historia de liberación y disfrute. Pero a través de dos personajes que lo hacen de una forma muy cuestionable, con estrategias bastante perversas. Para ti el amor es... Compartir. Tu historia de amor de ficción favorita. El Sur, de Víctor Erice, me parece un canto al amor, a la curiosidad, al amor infantil de una hija a un padre... Y luego hay una novela, La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera, que me enseñó mucho sobre el amor. Hay un pasaje en el que explica muy bien que las personas somos todas las experiencias que hemos vivido y cada uno tiene su visión de las cosas. El reto es hacer que esas visiones se unan para entender el amor de la misma manera. ¿Y una película de amor que odies? Titanic. O todas esas pelis americanas como Historias de San Valentín, donde todo está relacionado con un rollo comercial y material que no me va nada. ¿El próximo sueño profesional? Cualquier proyecto que me pueda enseñar algo. He hecho alguna cosa en cine pero me gustaría poder ahondar más o trabajar un personaje muy alejado de mí. ¿Cuál? Un personaje autodestructivo, menos blanco. Las amistades peligrosas. Naves del Español. Matadero Madrid. Hasta el 8 de marzo. ---- Fotografía: Sergio Lardiez · Estilismo: Stella Sala Maquillaje y peluquería: Silvia Dafonte · Fotos realizadas en La Morena Estudio en el set de sus talleres de fotografía 'In love'. |
    |
