Ha ganado recientemente el premio para jóvenes fotógrafos europeos ING Unseen Talent Award 2016 European Edition.  Un reconocimiento que ha impulsado su -joven aunque experta- carrera

 

¿Lo mejor del viaje? Recorrer carreteras recónditas y pistas con pendientes muy pronunciadas para acceder a paisajes impresionantes que serían inaccesibles de otra forma. Acompañada de mi hermano Ander, protagonista de mi proyecto Bidean, he disfrutado de cada minuto del viaje fotografiando con libertad absoluta los impresionantes parajes naturales recorridos, sorprendentemente muy poco explotados.

 

¿Alguna anécdota o curiosidad del viaje? Para acceder al primer destino, el Parque Natural Hoces de Cabriel, había realizado una reserva previa porque el acceso está limitado a 60 personas al día. La sorpresa fue que al llegar a las coordenadas indicadas no encontramos ni una sola señal indicando la ruta y solo había señales de prohibido. Siguiendo intuitivamente el cauce serpenteante del río, conseguimos acceder a los Cuchillos atravesando sus afilados cañones. Al preguntar en el pueblo descubrimos que este paraje tan espectacular fue declarado Reserva Natural en 2005, pero afectado por los recortes en 2012 se convirtió en coto de caza. Aunque los propietarios de estas tierras están obligados a dejar paso, intentan poner todo tipo de obstáculos para ahuyentar a los visitantes. Es una lástima que por intereses políticos se limite una reserva natural de todos, a los intereses privados de unos pocos.

 

¿Nos puedes comentar qué detalle o aspecto te ha gustado más del coche a lo largo del viaje? Es muy cómodo, fácil de manejar, espacioso y el gran techo panorámico me ha enamorado. Tiene todo tipo de detalles personalizables combinados con la última tecnología y sin duda, no hay mejor manera de rematar un intenso día de ruta, que activando el sistema de masaje con calefacción de los asientos de vuelta a casa. Se echa de menos…

 

¿Cuáles han sido los mejores viajes que recuerdas en tu vida? En 2011 realicé un “road trip” de punta a punta de EEUU con mi hermano Ander, un viaje inolvidable, haciendo las fotografías que se convertirían en el germen de mi proyecto Bidean. Yo tenía 25 años y mi hermano Ander 16. Desde siempre hemos tenido un vínculo muy muy estrecho y empezando por este viaje, la fotografía nos ha ido uniendo aún más.


 

¿Planificas mucho en un viaje o te lanzas a la aventura? Dependiendo el viaje. En escalas tan grandes como el mencionado anteriormente, los costes suben tanto que fue un viaje programado con un año de antelación a modo “lowcost”. Hace poco me compré una California muy bien equipada del 1993 para poder trabajar lo más cerca posible de la naturaleza, uno de los pilares más importantes de mi trabajo. Viajando en furgo no existe mejor plan que dejarse llevar por el azar e improvisar.

 

¿Mapa en papel o de navegador?

Si hay prisa, el navegador casi siempre resulta de gran ayuda. Pero sino, como dice mi

padre, (aunque tardé años en comprender el sentido de la frase) es genial madrugar para ir perdiendo el tiempo. Me gusta dejarme llevar por situaciones a las que llegas por pura casualidad, bien sea por intentar seguir un mapa en papel o por confusión del GPS.

 

Has ganado el premio para jóvenes fotógrafos ING Unseen Talent Award 2016 – European Edition

El dar a conocer tu trabajo respaldado por uno de los festivales internacionales con más reconocimiento como es Unseen, financiado sin escatimar en costes por ING, tutorizado por el fotógrafo Todd Hido y sumando la profesionalidad de todo el equipo y la manera en la que valoran la cultura, me ha supuesto un gran aprendizaje e impulso. Comprobar que fuera, el “networking” existe, me ha abierto nuevas oportunidades y esperanzas.

 

¿Proyectos a la vista para 2017?

Bidean es un proyecto río que llevo desarrollando desde 2011, investigando los procesos de cambio y buscando paralelismos entre los altibajos del ser humano y los ciclos inestables de la naturaleza. Estoy trabajando en la tercera autopublicación del proyecto, pero me gusta llevar otros en paralelo. Junto a mi hermano Ander, que está a punto de licenciarse en arquitectura, estamos desarrollando un proyecto ubicado en Baños de Panticosa, un enclave privilegiado del Pirineo Aragonés al que le tenemos mucho aprecio desde nuestra infancia, que ha sufrido una transformación catastrófica, convirtiéndose en una víctima más de la especulación causada por la burbuja inmobiliaria.