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Teatro bajo las estrellas
 
Por Raúl Losanez
 
El calor aprieta y el teatro, por aquello de que es un arte en transformación, se adapta a las circunstancias en estas fechas para que el espectador pueda aprovechar el mínimo frescor que proporcione la noche. Teatro al aire libre; eso es lo que proponen nuestras salas y festivales más veraniegos.
 
Sin salir de Madrid 
El Teatro Galileo vuelve a sacar su escenario, como cada año por estas fechas, al patio que da acceso a la sala. Allí, en un ambiente más distendido de lo habitual, y con posibilidad además de beber y cenar algo durante la representación, vuelve a reinar la comedia española de mediados del siglo XX. En esta ocasión la obra elegida es Cuatro corazones con freno y marcha atrás, de Jardiel Poncela. Gabriel Olivares será el encargado de dirigir a un elenco de trece actores para poner en pie esta conocida pieza humorística del autor madrileño. 
 
Paseo teatral por la ciudad complutense
Además de su programación en espacios más convencional, el Festival Clásicos en Alcalá lanza dos interesantes propuestas de teatro itinerante con sendos paseos nocturnos por la ciudad que vio nacer a Cervantes: La última noche de don Juan, a partir de textos sobre este mítico personaje de nuestra literatura de Zorrilla, Tirso de Molina, Molierè, Byron o Espronceda; y Santa Juana de la Cruz, un espectáculo que rinde tributo a la vida y la obra de esta singular y modernísima mujer.
 
El templo mundial del teatro
Si hay un espacio privilegiado no solo en España, sino en todo el mundo, para ver teatro al aire libre ese es el gran Teatro Romano de Mérida. Más de tres mil espectadores puede albergar este imponente lugar que durante su histórico festival centrado en el mundo grecolatino dará cabida cada semana, en julio y en agosto, a un nuevo estreno. La escapada bien merece la pena porque habrá obras que hace muchos años que no se montan; entre ellas, el Calígula de Albert Camus o La Orestíada de Esquilo.
 
La Mancha, las berenjenas y el teatro áureo
Pocas localidades pueden presumir de conseguir crear un ambiente tan auténticamente festivalero como el que envuelve Almagro cada verano. Su diversidad de escenarios, cada cual más encantador y prácticamente todos al aire libre, hace que las calles de este pueblo manchego, con su histórico e inigualable corral de comedias como buque insignia, se vean atestadas de gente que, entre función y función, busca hueco en la Plaza Mayor para tomarse un refrigerio –que incluya berenjenas, claro- junto a sus actores más admirados. Este año el festival celebra su 40ª edición con algunas compañías punteras como el Teatro Nacional Alemán, que montará el shakesperiano Sueño de una noche de verano; Noviembre Teatro, que dramatizará en La ruta de don Quijote el recorrido que hizo Azorín tras las huellas del ingenioso hidalgo; o la Compañía Nacional de Teatro Clásico, que estrenará La dama duende, de Calderón de la Barca.
 
La villa del caballero…y del lechazo
Aunque en esto del teatro clásico siga siendo conocido como el hermano menor de Almagro, Olmedo ya puede presumir, desde hace tiempo y por derecho propio, de tener un festival de primerísima calidad. Muy bien comunicada con Madrid, la ciudad vallisoletana en la que Lope situó la conocida tragedia de don Alonso y doña Inés permite ver este año en su original corrala al aire libre a la Fundación Siglo de Oro, que llevará su versión de El rufián dichoso de Cervantes o la Compañía Nacional de México, dirigida por Ignacio García, que desembarcará con La hija del aire, de Calderón de la Barca.
 
Buen vino y mejor teatro en los muros de un castillo
Algo más retirada de Madrid que el resto queda la localidad de Olite, pero merece la pena escapar a este precioso lugar, cuna de los vinos navarros, para disfrutar del festival de teatro probablemente más fresco de toda España. Este año la programación de Olite cuenta, entre otros atractivos, con dos curiosidades: el trabajo como director en Medida por medida de José Padilla, conocido casi exclusivamente como dramaturgo; y la aproximación a Shakespeare que haya podido hacer en Iliria la directora Denise Despeyroux, cuyos trabajos más populares habían partido hasta la fecha de textos propios. 

Teatro bajo las estrellas